martes, 19 de mayo de 2009

ninguna agresion sin respuesta !

El lunes 11 de mayo un chico antifascista de 16 años fue agredido por un nazi a plena luz del día.

La agresión sucedió en una calle céntrica de Almería a las 17:30 horas. Este chico se encontraba caminando por la calle cuando un Audi se detuvo frente a él y del asiento del copiloto se bajó un nazi con una navaja de muelles de 11 centímetros en la mano.

El nazi se lanzó sobre el chico que al defenderse recibió dos cortes en el brazo y uno en la mano. Al acercarse la gente el nazi se volvió a meter en el coche y se fueron.

Esta es la cuarta agresión nazi con navaja que ocurre en menos de 2 años, además de otras agresiones con cadenas, palizas, etc. que se han producido en Almería. Aunque no se ha podido identificar a este agresor, los demás apuñalamientos si han sido realizados por nazis conocidos en la ciudad, identificados y acusados por las víctimas y aun así siguen en libertad.

Vemos como en Almería los nazis salen impunes de todas las agresiones que cometen, guardan una estrecha relación con la legión al pertenecer algunos de ellos a esta, otro nazi denunciado resultó ser guardia civil y quedar totalmente impune de los cargos de los que se acusaba incluso cuando reconoció su ideología nazi ante el juez.

miércoles, 13 de mayo de 2009

CARLOS NOSOTROS NO OLVIDAMOS !!

Madrid despierta con pintadas a 18 meses del asesinato de Carlos Palomino

Barrios y pueblos han despertado con pitadas en recuerdo del antifascista Carlos Palomino

Hace 18 meses que un militar neonazi asesinó de forma premeditada a nuestro compañero Carlos cuando acudía a protestar contra la legalización de actos fascistas y neonazis. Desde entonces el 11 de noviembre de 2007 ha quedado grabado en nuestra memoria y en nuestro corazón. Nunca olvidaremos a Carlos y su recuerdo nos ayuda a continuar luchando para acabar con el fascismo y el racismo, existente tanto en la calle como en las instituciones.
Hoy Madrid despierta con sus paredes pintadas con la verdad del pueblo, en recuerdo de Carlos y con el objetivo de que Madrid no olvide que todavía hoy siguen existiendo fascistas que agreden y asesinan como ocurría durante el franquismo. Todavía hoy esos fascistas son entrenados por el Estado quien les enseña a asesinar impunemente mientras les paga con el salario de la clase obrera. El ejército, la policía y las empresas de seguridad privadas no sólo preparan a los fascistas sino que les encubren cuando estos cometen sus agresiones.
Hoy las paredes hablan lo que los medios de desinformación callan, ya que sólo muestran aquello que produce morbo y por lo tanto beneficios económicos. Pero nuestra lucha es sincera porque nosotrxs no queremos dinero, ni fama, ni poder, porque nosotrxs sólo queremos acabar con el fascismo y con su amo, el capitalismo.
Nunca olvidaremos a lxs compañerxs caídxs, como nunca olvidaremos a lxs enemigxs vivxs.
¡Absolución detenidos en Vallekas!¡Libertad presxs políticos!
El mejor homenaje, continuar la lucha

domingo, 10 de mayo de 2009

Así murió Carlos Palomino

http://www.elpais.com/articulo/madrid/murio/Carlos/Palomino/elpepiespmad/20090510elpmad_1/Tes

Algunos chicos se colocan alrededor de Josué al entrar en el vagón. Los que se ponen detrás ven que, oculta en la espalda, lleva una navaja abierta en la mano derecha. La había sacado cuando el tren entraba en la estación. Había visto algo.
Carlos sube el último. Quedan a pocos centímetros uno del otro. Se miran. Y Carlos Javier Palomino, de 16 años, con jersey oscuro y gorra roja, le coge con dos dedos la sudadera a Josué Estébanez de las Heras, un soldado del Ejército de Tierra de 23, con la cabeza rapada. Dice algo. La camiseta le delata: Three Stroke, una marca fetiche para los ultras. Josué alza la mano derecha. Visto y no visto. Le asesta una puñalada en el corazón. La hoja se hunde. Siete centímetros en el ventrículo izquierdo. Forcejean. Y le empuja fuera del vagón. Carlos, ya moribundo, sale del plano.
Es el 11 de noviembre de 2007. El reloj de la cámara de seguridad marca las 12.56.21. Un estudiante de Vallecas recibe una puñalada mortal de un activista ultra en un vagón de la línea 3 del suburbano, detenido en la parada de Legazpi.
Iban al mismo sitio. A Usera. El soldado, a una manifestación xenófoba de las Juventudes de Democracia Nacional autorizada por la Delegación del Gobierno en uno de los distritos con más inmigrantes. Carlos, junto a sus colegas antisistema, pretendía reventarla. No ha ocurrido sólo una vez.

EL PAÍS ha reconstruido en imágenes captadas por las cámaras de seguridad del suburbano, a las que ha tenido acceso, la película de este ataque con premeditación. En él se observa cómo, al ver el soldado las camisetas holgadas y las crestas de los antisistema que llenan el andén, saca un arma de 25 centímetros de hoja y la oculta, preparado para el ataque. Siete cámaras distintas (con minutajes independientes y algunas con horarios desfasados) registran la barahúnda de entradas y salidas del convoy tras el crimen, el saludo nazi de Josué, las escaramuzas entre los amigos de Carlos y el agresor, intentando detenerle, y la huida de éste. También la evacuación del herido en una camilla del Samur, rodeado de compañeros, que, a la carrera, luchan entre su desánimo y los intentos de salvarle la vida.
Pero Carlos murió en plena calle, en el paseo de las Delicias, en una carpa montada por los servicios de emergencia.
Han pasado dos años y medio. Josué está en la cárcel pendiente de juicio. El fiscal pide 29 años de condena para el militar. Considera que actuó "con la finalidad de acabar" con la vida de Palomino. Cinco acusaciones personadas en la causa reclaman penas similares. Oscilan entre los 37 años que solicita la madre de Palomino y los 30 que exige la asociación de vecinos Alto del Arenal o Movimiento contra la Intolerancia, que califica este tipo de sucesos como "crímenes de odio".
El fiscal pide 17 años de cárcel por asesinato. Y otros 12 por lo que pasó después de esa primera puñalada. Las cámaras siguen grabando.
Ahora Josué blande el arma. Se queda solo. Mira por la ventana y hace un saludo nazi. Se golpea el pecho y luego estira el brazo hacia delante. Sieg heil! (Viva la victoria). Algunos viajeros le azuzan. Josué se desplaza de arriba abajo. El pasillo queda vacío a su paso.
Un amigo de Palomino se aproxima al soldado con algo grande en la mano. Le alcanza otra puñalada. En las costillas. Tuvo que ser operado de urgencia ese mismo día. Tardó tres meses en curarse. La fiscalía ve en este ataque un homicidio en grado de tentativa. La finalidad, dice, era "acabar también con su vida". Josué Estébanez aprovecha el polvo de un extintor arrojado para alcanzarle. Huye. Le sigue un gran grupo. Cuando sale por el vestíbulo principal, aún lleva el arma en la mano.
En el otro vestíbulo, carreras frenéticas. Los compañeros de Carlos entran y salen. Uno aparece con una camilla para evacuarlo. Le siguen un policía municipal y un sanitario del Samur. Sacan a Palomino en la camilla. Murió en la calle. El día que iba a reventar una manifestación nazi autorizada. Y se convirtió en un símbolo.
El cartel de su rostro con una gorra. El grito de "¡Carlos, hermano, nosotros no olvidamos!" coreado en cada una de las contramanifestaciones que han venido después . Al menos seis protestas de ultraderecha han contado con el beneplácito institucional desde que Carlos y Josué se cruzaran. Hubo batalla campal en marzo de 2008, cuando la Junta Electoral de Zona permitió un mitin nazi en Lavapiés. Volvieron a coincidir el 20-N. Y hace mes y medio, cuando el Movimiento Patriótico Nacional bajó a Vallecas a gritar consignas. Los antisistema les seguían, montaron una barricada y atacaron a la policía. Hubo 25 detenidos, todos antisistema. Las protestas posteriores contra la entonces delegada del Gobierno, Soledad Mestre, por autorizar manifestaciones xenófobas en barrios con fuerte presencia inmigrante, derivaron en la okupación de la sede del PSOE en Vallecas.
Algunas consignas de aquella concentración tenían que ver con lo último que pasó aquel 11 de noviembre. No lo captaron las cámaras pero sí lo reconstruye el auto del juzgado. Josué salió a la calle. Lo persiguen un grupo de jóvenes, que lo alcanzan junto a una comisaría de la calle de Bolívar (Arganzuela). Le dan puñetazos y patadas. Le parten la ceja y le dejan los ojos morados. Los agentes municipales los separan. Detienen al soldado, hallan un puño americano y lo trasladan al hospital, con pronóstico leve. La navaja nunca apareció. Los últimos neonazis que se manifestaron en Vallecas gritaban: "Carlos, pardillo, devuélvenos el cuchillo".
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Carlos, nosotros no olvidamos!... ni ahora ni nunca. siempre estaras presente.
Tu te has ido, pero nosotros seguiremos, con mas fuerza que nunca, hasta acavar con ellos.
no pasaran!!
DEP

miércoles, 6 de mayo de 2009

Rusia: Un joven fue condenado a un año por ser antifa. La historia de Alexei Olesinov

Rusia: Un joven fue condenado a un año por ser antifa. La historia de Alexei Olesinov

Reprimen y detiene a 79 antifascistas que habían ido a protestar frente a la cárcel, a uno hasta le rompieron la mandíbula y ahora está en el hospital

Alexei "Shkobar" Olesinov, el antifascista que fue detenido el 5 de noviembre de 2008 por la falsa acusación de provocar una riña en un club en agosto de 2008, fue condenado a un año de cárcel por la "justicia" rusa. Y eso a pesar de que la defensa había presentado el video que mostraba que Olesinov no atacaba a nadie, a pesar también de que los propietarios del club junto con los guardianes no habían hecho reclamaciones contra Olesinov, y ni siquiera habían acudido al juzgado. Además, aquella noche de agosto Olesinov fue multado por una "infracción de leyes administrativas" que no había cometido. Resultado: fue acusado dos veces por el mismo caso. Hay que destacar que el joven no tenía antecedentes penales.

Alexei Olesinov

Afortunadamente (¡qué horror! cuando a nuestro compañero le sentencian a un año por ser antifascista, estamos felices), el juez sólo le sentenció a un año en lugar de cinco, los que había pedido el fiscal. Alexei dijo que aunque se había puesto enfermo en la prisión y no se sentía muy bien, un año no sería gran problema para él. Pero evidentemente eso fue un juicio política, un "error" de la justicia, porque Olesinov fue condenado sólo por ser activista antifascista y porque el sistema judicial ruso está totalmente controlado por el Estado. Así, no hay posibilidad de absolver y excarcelar a la gente indeseable para el Estado, pues eso devendría en acusación a los policías que les habían arrestado.

Durante casi una semana la policía de Moscú estuvo en estado de alerta. Inicialmente el veredicto debía ser anunciado el 14 de abril, pero un grupo anónimo antifa había llamado a la organización de ataques "contra los bancos, las comisarías y tiendas de lujo", y las autoridades tuvieron pánico y aplazaron la ejecución de la condena hasta el 20 de abril (el día del cumpleaños de Hitler). La gente que fue a apoyar a Alexei el 14 de abril fue detenida nada más salir del metro y les incriminaron por "manifestación ilegal", cosa que ellos no habían hecho. Todo el barrio, donde se encuentra el juzgado, estaba lleno de OMON (policía de intervención rápida, equivalente a GEO o UEI en España).

Pero pronto las autoridades se dieron cuenta de que sentenciar a un antifascista el día del cumpleaños de Hitler sería un fiasco, y por eso la condena fue aplazada un día más.

El 21 de abril había mucha policía en toda la ciudad. Pero a pesar de todo unos 150 antifascistas consiguieron reunirse a las 21:10 (en convocatoria boca a boca) en la estación de metro Mendeleyevskaya. De allí los antifascistas se dirigieron a la prisión de triste fama Butirka (donde Nestor Makhno una vez pasó casi una década), en la cual se encontraba Olesinov. Los manifestantes gritaban "¡Libertad a Alexei Olesinov!", "Antifacismo", "¡No pasarán!", y otros eslogans anarquistas y antifascistas, llevando una pancarta grande que decía "Cuanto más represión haya, más rabia habrá en nuestra resistencia - No queremos el mundo sin justicia social - ¡Libertad a Aleksei Olesinov!".

Al llegar a la cárcel de Butirka, los antifascistas se dieron vuelta y se dirigieron a la calle Lesnaya. En el cruce, policías vestidos de paisano trataron de agarrar a unos manifestantes, pero ésos se escaparon de sus manos. No obstante, la marcha fue parada a las 21:25 en la calle Lesnaya por el bus de los represores de OMON, que consiguió detener a 79 personas. A algunos manifestantes les pegaron, a uno hasta le rompieron la mandíbula y ahora está en el hospital. Durante la detención los manifestantes fueron empujados contra un kiosko que vendía vegetales y que fue derribado. Después la policía difundió las mentiras de que los antifascistas habían roto el kiosko y los escaparates de tiendas.

Como siempre, a la gente detenida la amenazaron con echarles furtivamente algo (drogas, por ejemplo) y le robaron algunas de sus cosas (dinero, tarjetas de crédito, abonos, etc.) A todos los detenidos los liberaron al día siguiente.


http://www.youtube.com/watch?v=uwESsuRl0SM&eurl=http%3A%2F%2Fwww.lahaine.org%2Findex.php%3Fp%3D37712&feature=player_embedded


Alexei Olesinov LIBERTAD !